Emprender en Latinoamérica: el desafío de crecer sin migrar

Antigua Guatemala | Septiembre 2025

Paola Piza


27 de septiembre de 2025

Muchos emprendedores latinoamericanos se enfrentan a un dilema crítico: quedarse en su región de origen o trasladar su startup a mercados donde las oportunidades de financiamiento, visibilidad y escalamiento son mayores.

Un ejemplo recurrente es el de las fintech. En América Latina este sector ha crecido de forma acelerada, más de 2,482 fintechs operan actualmente en la región, con México y Brasil liderando con más del 60% del total (Banco Interamericano de Desarrollo, 2023). Sin embargo, muchas enfrentan barreras significativas para atraer capital internacional y consolidar su marca. En contraste, esos mismos fundadores, al mudarse a hubs como Miami, Madrid o Lisboa, suelen encontrar un entorno más receptivo, donde la proximidad con inversionistas y la percepción de “menor riesgo país” abren puertas con mayor rapidez.

El principio “Act small, think big”

Este fenómeno refleja un principio clave del emprendimiento: “Act small, think big”. Al iniciar una startup, los emprendedores deben ejecutar en el corto plazo, ajustándose a condiciones locales, pero siempre con visión de expansión hacia mercados más grandes. No obstante, cuando el ecosistema no ofrece las condiciones mínimas, surge un riesgo importante: la fuga de proyectos innovadores.

Según la OCDE, cerca del 30% de startups tecnológicas latinoamericanas con potencial de escalamiento terminan mudando operaciones o sedes a Norteamérica o Europa en sus primeros 5 años de vida. Esto implica no solo pérdida de talento y propiedad intelectual, sino también una brecha de innovación en la región.

Retos actuales de los ecosistemas latinoamericanos

Los principales desafíos para que las startups crezcan sin emigrar son:

  1. Acceso a capital de riesgo: mientras que en 2021 la región alcanzó un récord de inversión de USD 15,700 millones en venture capital, en 2023 la cifra cayó a USD 4,000 millones (LAVCA). Además, gran parte de este capital sigue concentrado en Brasil y México.

     

  2. Redes de mentoría y softlanding: los programas de aceleración en la región todavía carecen de la densidad de mentores y conexiones globales que ofrecen hubs como Silicon Valley, Tel Aviv o Barcelona.

     

  3. Entornos regulatorios desiguales: muchos países carecen de marcos ágiles para startups (sandbox fintech, fast-track de propiedad intelectual, incentivos fiscales), lo cual retrasa las validaciones de mercado.

     

  4. Escasa internacionalización temprana: solo el 14% de startups latinoamericanas nacen con una estrategia de mercado global, frente al 35% en Europa (Startup Genome, 2023).

     

Ejemplos de respuesta local

Algunos ecosistemas empiezan a responder:

  • Chile con Start-Up Chile ha posicionado un modelo de atracción de talento global, entregando más de 2,000 visados emprendedores y USD 50 millones en apoyo.

     

  • Colombia con iNNpulsa y los fondos de coinversión ha buscado dinamizar capital local y extranjero.

     

  • Costa Rica trabaja en un marco de spin-offs universitarias para vincular investigación científica con emprendimiento, aunque aún falta capital privado robusto.

Recomendaciones para fortalecer el ecosistema

  1. Fondos de coinversión público-privados: replicar modelos de matching funds donde el Estado iguala la inversión privada reduce riesgo y atrae capital internacional.

     

  2. Hubs regionales interconectados: fomentar alianzas entre países pequeños para generar masa crítica, en lugar de competir fragmentados.

     

  3. Políticas pro-startup: marcos regulatorios claros, incentivos fiscales para ángeles y fondos de VC, y procesos de propiedad intelectual más ágiles.

     

  4. Educación emprendedora aplicada: impulsar programas en universidades que no solo enseñen teoría, sino validación real de mercado, internacionalización temprana y negociación con inversionistas.

     

Consejos puntuales para emprendedores

  • Construye con mirada global: diseña tu modelo de negocio pensando desde el día uno en cómo se adapta a otros mercados, incluso si empiezas vendiendo localmente.

     

  • Accede a redes internacionales: postula a programas de aceleración globales (Techstars, Y Combinator, Seedstars) y participa en ferias y pitch internacionales.

     

  • Cuida tu equity: en ecosistemas con menor capital, es común ceder porcentajes demasiado altos en rondas tempranas. Negocia con visión de largo plazo.

     

  • Haz de la resiliencia tu ventaja competitiva: emprender en América Latina implica operar con menos recursos, pero también te entrena para escalar en entornos más competitivos.

 

En síntesis, para que Latinoamérica deje de ser una cantera de talento que migra y se convierta en un polo de innovación sostenible, los gobiernos, universidades, fondos y empresas deben trabajar en conjunto para generar condiciones de escalamiento local. Mientras tanto, los emprendedores deben aprender a construir global desde lo local, buscando financiamiento y validación internacional, sin olvidar la oportunidad enorme de transformar sus propios países.

Paola Piza


Gestora de emprendimiento

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