Del éxito de Corea del Sur al potencial de Costa Rica: Claves para un ecosistema emprendedor sólido y competitivo.

Corea del Sur se ha consolidado como un referente global en tecnología e innovación. Su crecimiento económico supera al de muchos países miembros de la OCDE, gracias a una combinación de inversión constante en tecnologías emergentes y un ecosistema emprendedor sólido y estructurado que lo ha posicionado como un destino empresarial muy atractivo.

Durante nuestra visita a Corea del Sur como parte del “Programa para el impulso de la investigación en alianza con el sector productivo y el emprendimiento de la Universidad de Costa Rica” (conocido como Hélice-UCR), tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano las claves para consolidar un ecosistema emprendedor sólido y competitivo, las cuales se resumen en tres pilares fundamentales:

1. Planificación estratégica estable y a largo plazo

Corea del Sur sigue una visión a largo plazo con acciones quinquenales y una inversión constante en tecnología y educación. Desde 2013, invierte alrededor de 2.000 millones de dólares anuales en su ecosistema emprendedor, posicionándose como el quinto país del mundo en inversión en investigación y desarrollo.

Costa Rica también ha mostrado compromiso con la planificación estratégica, pero las políticas suelen estar sujetas a cambios políticos, lo que afecta su continuidad y efectividad. Para alcanzar un desarrollo sostenible, es clave adoptar estructuras de gobernanza más consistentes que garanticen estabilidad a largo plazo.

2. Apoyo estructurado para el ecosistema emprendedor

Corea del Sur ha conectado estratégicamente su ecosistema emprendedor con sectores clave como el financiero y el tecnológico, facilitando el acceso a capital y fortaleciendo la competitividad. Un ejemplo son los MakerSpaces, laboratorios comunitarios con tecnología de punta para que los ciudadanos desarrollen habilidades prácticas y promuevan la innovación.

Costa Rica ha avanzado en este aspecto mediante programas de incubación, fondos de inversión y apoyo gubernamental. El Sistema de Banca para el Desarrollo destinó el año pasado 3.300 millones de colones para financiar proyectos en etapas tempranas. Además, las zonas francas y los parques tecnológicos han fortalecido la inversión extranjera y la transferencia de tecnología.

3. Cultura de innovación y tolerancia al riesgo

Corea del Sur ha fomentado una cultura de innovación y emprendimiento donde el fracaso no es visto como un obstáculo, sino como una oportunidad para mejorar. El gobierno y las instituciones educativas han promovido esta mentalidad a través de programas de formación en liderazgo y resolución de problemas, así como mediante incentivos para la experimentación tecnológica y el desarrollo de startups.

Un ejemplo es el hecho de que muchas universidades surcoreanas tienen incubadoras de empresas y centros de innovación donde los estudiantes reciben capital semilla y asesoría para convertir sus ideas en negocios viables. Además, existe una red sólida de mentores y empresarios que guía a las startups en sus primeras etapas, creando un entorno de apoyo constante.

Costa Rica también ha comenzado a promover una cultura de emprendimiento en universidades y centros de innovación, pero el miedo al fracaso y la falta de incentivos para asumir riesgos aún limitan la expansión de nuevos proyectos. Fomentar una mayor tolerancia al fracaso, a través de programas de formación y modelos de apoyo empresarial, podría acelerar la evolución del ecosistema emprendedor costarricense.

En conclusión, Corea del Sur ha demostrado que el éxito en el ecosistema emprendedor requiere planificación estratégica estable y políticas de apoyo estructuradas. Costa Rica tiene la oportunidad de replicar este modelo, pero necesita consolidar una visión a largo plazo que trascienda los ciclos políticos y fortalecer la integración entre el sector educativo, tecnológico y financiero. Si Costa Rica logra establecer esta base, podría posicionarse como un referente de innovación y emprendimiento en la región.